AstraZeneca Admite Efectos Secundarios Poco Comunes en su Vacuna COVID en Documentos Legales

El gigante farmacéutico AstraZeneca reconoce oficialmente la posibilidad de un efecto secundario raro en su vacuna contra el COVID-19, desatando preocupaciones sobre la seguridad del fármaco en medio de una demanda colectiva en el Reino Unido.

En una revelación impactante, el gigante farmacéutico AstraZeneca ha admitido en documentos legales que su vacuna contra el COVID-19, desarrollada en colaboración con la Universidad de Oxford, podría inducir un efecto secundario raro conocido como síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS). Esta admisión surge en medio de una demanda colectiva en el Reino Unido, donde se alega que la vacuna ha causado lesiones graves en un número limitado de casos.

El caso emblemático de Jamie Scott, quien sufrió una lesión cerebral irreversible después de recibir la vacuna en abril de 2021, ha puesto de relieve las complicaciones severas que algunos individuos han experimentado. Aunque inicialmente AstraZeneca negó las acusaciones, recientemente aceptó en documentos judiciales que su formulación “puede, en casos muy raros, causar TTS”. Este cambio de posición podría sentar las bases para un acuerdo de compensación de hasta 100 millones de libras esterlinas para los demandantes.

La preocupación por estos efectos secundarios raros no es nueva. Un estudio publicado en la revista BMJ en octubre de 2022 identificó por primera vez un vínculo entre la vacuna de AstraZeneca y lo que se llamó trombocitopenia y trombosis inmunitarias inducidas por vacunas (VITT). Además, un estudio de The Lancet destacó la aparición de casos muy raros de TTS después de la administración de la vacuna.

A pesar de estas preocupaciones, la vacuna de Oxford/AstraZeneca ha demostrado ser una herramienta crucial en la lucha contra el COVID-19. La Oficina de Salud Pública de Inglaterra informó en mayo de 2021 que dos dosis de la vacuna tienen una eficacia del 85% al 90% contra la enfermedad sintomática, según datos obtenidos en el despliegue de la vacuna.

Esta admisión de AstraZeneca destaca la importancia de una vigilancia continua de la seguridad de las vacunas, incluso en medio de su papel vital en la prevención de hospitalizaciones y muertes por COVID-19.

En una revelación impactante, el gigante farmacéutico AstraZeneca ha admitido en documentos legales que su vacuna contra el COVID-19, desarrollada en colaboración con la Universidad de Oxford, podría inducir un efecto secundario raro conocido como síndrome de trombosis con trombocitopenia (TTS). Esta admisión surge en medio de una demanda colectiva en el Reino Unido, donde se alega que la vacuna ha causado lesiones graves en un número limitado de casos.

El caso emblemático de Jamie Scott, quien sufrió una lesión cerebral irreversible después de recibir la vacuna en abril de 2021, ha puesto de relieve las complicaciones severas que algunos individuos han experimentado. Aunque inicialmente AstraZeneca negó las acusaciones, recientemente aceptó en documentos judiciales que su formulación “puede, en casos muy raros, causar TTS”. Este cambio de posición podría sentar las bases para un acuerdo de compensación de hasta 100 millones de libras esterlinas para los demandantes.

La preocupación por estos efectos secundarios raros no es nueva. Un estudio publicado en la revista BMJ en octubre de 2022 identificó por primera vez un vínculo entre la vacuna de AstraZeneca y lo que se llamó trombocitopenia y trombosis inmunitarias inducidas por vacunas (VITT). Además, un estudio de The Lancet destacó la aparición de casos muy raros de TTS después de la administración de la vacuna.

A pesar de estas preocupaciones, la vacuna de Oxford/AstraZeneca ha demostrado ser una herramienta crucial en la lucha contra el COVID-19. La Oficina de Salud Pública de Inglaterra informó en mayo de 2021 que dos dosis de la vacuna tienen una eficacia del 85% al 90% contra la enfermedad sintomática, según datos obtenidos en el despliegue de la vacuna.

Esta admisión de AstraZeneca destaca la importancia de una vigilancia continua de la seguridad de las vacunas, incluso en medio de su papel vital en la prevención de hospitalizaciones y muertes por COVID-19.

COMENTARIOS